Primero, hay que saber que esta vida no se basa en conformar a los demás. Porque conformar a los demás no te ayuda.
Y a la larga nos vuelve amargados y llenos de resentimientos. Cada día, miles de personas echan la culpa a otra por no haber podido desarrollar sus aptitudes. Culpan a sus hijos, a sus maridos, a sus familiares, a sus amantes, a sus padres. "Por culpa de que tenia que cuidar de vos no pude hacer lo que me gustaba", "Cuando vos naciste yo tuve que dejar de dedicarme a mi", "Por estar a tu lado, deje muchas cosas". Hay diferentes casos, pero muchos son parecidos. Es hora de que aprendamos que nadie es dueño de nuestras decisiones.
No podemos echar la culpa a otro. Si hoy deciden que no van a hacer algo porque a otra persona puede afectarle. Es decisión de ustedes y de nadie más. Estén dispuestos a vivir con ello.
Dejar de hacer lo que queremos por otra persona, no nos ayuda ni a nosotros ni a la
otra persona. Pero si dejamos de hacer algo, no tiene que ser por otra persona, sino porque queremos y estamos decididos a dejar de lado nuestra meta por esta persona.
Recordemos que en algunos casos la otra persona es tan independiente como nosotros
Y si quiere llegar a su meta también tendrá que hacerlo solo.
Nosotros no somos responsables de los demás. Y si la otra persona tiene un año de vida
Tendremos que pedir ayuda, comprensión, pero no dejar nuestras metas, si estamos decididos.
Y si estamos decididos a dejar nuestra meta. Es una decisión propia, de nadie más.